Te siento llegar.
Superas mis defensas
y con ímpetu
golpeas puertas de mi castillo.
Puertas, de hierro retorcido.
Pero no me abro... ¡Te temo!
Mi fortaleza es débil.
Viejo castillo de adobe y dolor.
Rampas de años, foso sin fondo.
Insiste tu sonrisa. ¡Atrás...! ¡Atrás...!
Mi amor ulcerado, atontado, híbrido.
Rodeas con tus flores, sueños, delirios.
Y tu pelo lacio, perfumado e inocente
acaricia
mi rostro universal.
Desnudándome…
Te doy mi mano. Y a través de ella
sólo mi mano.
Temo.
Perder mi castillo.
ChicoMalo
30-10-2009
No hay comentarios:
Publicar un comentario